El desarrollo psicosocial infantil, o también conocido como afectivo-social, es la incorporación de los niños a la sociedad en donde viven, lo que supone formar vínculos afectivos a través de los cuales aprenden normas, valores y costumbres. Se trata de un viaje fascinante y complejo que comienza desde el nacimiento y se extiende hasta la primera infancia. Durante estos primeros años, los cimientos del bienestar emocional y social del niño se establecen de manera crucial, siendo la familia el primer agente de socialización.
Este período crítico es conocido por ser fundamental para el desarrollo psicológico en la niñez, el cual repercute en el progreso del resto de áreas, como la cognitiva o la física. Por tanto, como padres y educadores, nos interesa conocer los distintos aspectos que influyen en la formación de la personalidad de los niños, explorando las etapas clave de su desarrollo.
Desarrollo psicológico en la niñez
El desarrollo psicológico infantil abarca aspectos emocionales y sociales, moldeando la base de la personalidad del niño. Durante estos años cruciales, los niños comienzan a comprender y expresar sus emociones, aprendiendo a relacionarse con los demás de manera efectiva. Dentro del periodo 0-3, destacan las siguientes fases (Palacios, Marchesi y Coll, 1990):
- Exploración Emocional (0-1 año): En los primeros meses de vida, los bebés comienzan a reconocer las expresiones faciales y a responder a las emociones de quienes los rodean. La conexión emocional con los cuidadores es fundamental para el desarrollo de una base emocional segura.
- Desarrollo del Vínculo Social (1-3 años): Durante este período, los niños comienzan a formar vínculos más sólidos con sus padres, cuidadores y otros niños. La capacidad de compartir, tomar turnos y mostrar empatía comienza a emerger, sentando las bases para futuras relaciones sociales saludables.
El apego
Como hemos mencionado anteriormente, el niño comienza a establecer conexiones sociales con los adultos más cercanos, los padres, a través de distintas estrategias de comunicación. Estas conexiones que se forjan desde el nacimiento producen vínculos duraderos e intensos que forman el apego (López et al., 2005). Según el grado de interacción entre el adulto y el niño, la seguridad en la relación y la influencia del contexto, se podrá dar un tipo de apego u otro, distinguiendo entre (Bowlby, 1969):
Apego seguro | Cuando la figura de apego está presente, los niños muestran conductas exploratorias adecuadas. |
Apego inseguro evitativo | Estos niños no buscan el contacto y la proximidad hacia su figura de apego. Se caracterizan por una elevada conducta exploratoria del entorno. |
Apego inseguro ambivalente | Estos niños son incapaces de utilizar la figura de apego como una base segura a partir de la cual explorar. |
Apego inseguro desorganizado | Normalmente presentan conductas de temor hacia la figura de apego, mostrándose aturdidos con su presencia. |
Por lo tanto, para poder entender las relaciones y vínculos que se producen en estas edades, vamos a explicar las etapas más relevantes del desarrollo psicosocial.
Etapas del Desarrollo Psicosocial infantil
Erik Erikson (1974) formuló el desarrollo de la personalidad como la solución de diferentes crisis emocionales que se presentan en el individuo, procedentes de las demandas que la sociedad asigna a cada edad. El desarrollo del niño depende de las relaciones sociales que establece para dar respuesta a tales demandas. Este especialista distingue ocho estados importantes, de los cuales abordaremos tres de ellos por pertenecer a la etapa de Educación Infantil. Estos son:
- Confianza vs. Desconfianza (0-1 año): Durante el primer año de vida, los bebés dependen en gran medida de sus cuidadores para satisfacer sus necesidades básicas. La forma en que los padres responden a estas necesidades influye en el desarrollo de la confianza del niño. Si las necesidades se satisfacen de manera consistente, el niño desarrolla una sensación de confianza en su entorno y en las personas que lo rodean. Por el contrario, si las respuestas son inconsistentes o ausentes, puede surgir la desconfianza.
- Autonomía vs. Vergüenza y Duda (1-3 años): Durante esta etapa, los niños comienzan a explorar su entorno y a desarrollar habilidades de independencia. Permitirles tomar decisiones simples y realizar tareas básicas contribuye a la formación de una sensación positiva de autonomía. Sin embargo, la sobreprotección o la crítica excesiva pueden llevar a la vergüenza y la duda en las propias habilidades del niño.
- Iniciativa vs. Culpa (3-6 años): Los niños progresan desde el autocontrol hasta la capacidad para iniciar y llevar a cabo acciones. Las actitudes de los cuidadores desanimándolos pueden hacer que los niños tengan sentimientos de inadecuación o culpa.
En conclusión
El desarrollo psicosocial en los niños de 0 a 3 años es un proceso dinámico que sienta las bases para el bienestar emocional, afectivo y social a lo largo de la vida. Padres y educadores debemos comprender cómo surge y evoluciona, para ofrecer experiencias y herramientas efectivas que favorezcan a los pequeños en su desarrollo integral.
En Jesús-María apostamos por una educación de calidad y con unos cimientos basados en la atención, el afecto y el respeto necesarios para formar personas competentes y autónomas en la sociedad del mañana.
Bibliografía
- Bowlby, J. (1969). Attachment and loss. (OKS Print.) New York: Basic Books.
- Erikson, E. (1974). Identidad, Juventud y Crisis. Buenos Aires: Editorial Paidós.
- López, F., Etxebarria, L., Fuentes, M.J. y Ortiz, M.J. (2005). Desarrollo afectivo y social. Madrid: Ediciones Pirámide.
- Palacios, J., Marchesi, A. y Coll, C. (1990). Desarrollo psicológico y educación. Psicología evolutiva. Vol I. Madrid: Alianza.