Aprendamos jugando: Cómo el juego estimula el aprendizaje en educación infantil

aprendamos jugando

Nacemos unidos al juego. Al igual que la voluntad o la curiosidad, el juego surge de manera innata y supone la activación de procesos cognitivos, emocionales y sociales que favorecen el desarrollo de habilidades y la adquisición de conocimientos, de ahí la importancia de que aprendamos jugando.

El juego genera motivación, aprendizaje activo, desarrollo de habilidades cognitivas (pensamiento crítico, resolución de problemas, memoria y concentración, adaptación y flexibilidad), aprendizaje social, creatividad, exploración, gestión emocional y estímulo de la curiosidad y la investigación.

La importancia del juego en el aprendizaje

Jugar es importante como método de aprendizaje porque nuestro cerebro experimenta una realidad que en ocasiones no coincide con la verdadera y aún así resulta sanadora. 

A través del juego libre y del juego simbólico, aprendemos a relacionarnos entre nosotros de una manera más sana y justa. Aprendemos sobre nuestros límites y sobre los de los demás. Vemos hasta dónde podemos y hasta dónde no. Ganamos en autoestima y en autoconocimiento. A través del juego aprendemos a ser. Ya que experimentamos situaciones o sucesos inventados que nos ayudan a entender quiénes somos o aprender del resto (de qué otras maneras puedo interactuar al observar a los demás). No solo me vínculo con el de al lado, también aprendo de él/ella, y ellos de mí.

A través del juego puedo aprender sobre la resolución de conflictos, incluso elaborar duelos grandes o pequeños, de lo cotidiano. Al ponerme a disposición del juego, en el rol playing que actúo, experimento posibilidades y eso amplía mi imaginación. Vivir diferentes situaciones, jugar a ser cosas…y aprendemos jugando a dónde estamos más cómodo/a, dónde y cuándo soy más nosotros.

El juego en Educación Infantil

El juego en la etapa de Infantil hace que sea muy conveniente para el aprendizaje de todo lo señalado anteriormente. Preparar el espacio de juego para los niños/as, que es lo que la pedagoga educativa Reggio Emilia denomina como “provocaciones”, que son aquellas actividades dispuestas con la intención de estimular, desafiar o causar algún efecto en el niño/a lo que hace que aprendamos jugando

Existen diferentes tipos de juego. Uno de los más destacados de la Educación Infantil, por la edad de los niños/as, es el juego simbólico. Este tiene grandes beneficios, ya que incentiva la adquisición de nuevas conductas, desarrolla la creatividad y la imaginación de los niños/as, estimula el aprendizaje de habilidades sociales como la cooperación, la empatía, el diálogo, el trabajo en equipo…

Ayuda a los niños/as a desarrollarse emocionalmente al tener que ponerse en distintas situaciones, estimula el lenguaje, y la ampliación de vocabulario y fomenta el aprendizaje y la práctica de roles de la sociedad. Piaget considera que el juego simbólico es esencial en la etapa de Educación Infantil porque permite el desarrollo integral del niño, mejorando las habilidades motoras finas, la imaginación y la fantasía, la concentración y la atención. Existe también el juego libre que es ideal para estimular la creatividad, la imaginación y la autonomía infantil.

Los juegos dirigidos, que siguen un patrón más estructurado, también ofrecen excelentes oportunidades de aprendizaje. Los juegos de reglas transmiten a los niños la importancia de las normas para la convivencia y les ayudan a conocer mejor su cultura. Cuando los niños juegan siguiendo reglas no solo practican el conocimiento y comprensión de esas normas, sino el respeto por las mismas y por sus compañeros de juego, por lo que aprenden a respetar a los demás y desarrollar el autocontrol. Durante la Educación Infantil, el juego es esencial para que los niños desarrollen sus habilidades motoras y de orientación espacial.

Los juegos funcionales o de ejercicio facilitan el equilibrio y la fuerza consolidando hitos motores como la marcha, el salto y la carrera. Los juegos de manipulación, mejoran la coordinación óculo-manual y perfeccionan la motricidad fina, la base para que más tarde los niños aprendan a escribir.

El juego en la Educación Infantil es también inclusivo ya que incorpora a todos los niños/as en el juego independientemente de sus circunstancias personales, sociales, físicas o madurativas. El juego hace que cada niño/a pueda ser él mismo e incluye a la diversidad de las personas ya que cada uno/a aporta al l juego y juega según lo que es. El juego hace que los alumnos se sientan integrados/as. 

Grandes autores defienden aprender jugando

La importancia del juego en el aprendizaje es destacada por varios autores como María Montessori, que señalaba que el juego es una herramienta clave para fomentar el aprendizaje significativo de los niños/as. El psicólogo Jean Piaget también entendió la importancia del juego en la Educación Infantil y afirmó que “los niños y niñas no juegan para aprender, sino que aprenden porque juegan”. Francesco Tonucci afirmó que “Jugar para un niño y una niña es la posibilidad de recortar un trocito de mundo y manipularlo para entenderlo”. 

Cuantas más oportunidades tenga un niño de disfrutar de la riqueza y de la fantasía despreocupada del juego, más sólido será su desarrollo. Porque el juego en la infancia es mucho más que un disfrute o diversión. Es un puente hacia la realidad, un medio para resolver los problemas, una fuente de identificaciones y un excelente entrenamiento para la vida. 

No debemos olvidar que el juego es un derecho de los niños/as y no podemos privarlo porque forma parte del ser del niño. Bruno Bettelheim señala que el juego le proporciona al niño sentido a su vida, ya que hace que se ponga metas, objetivos y cuando el niño/a juega es él verdaderamente. Cabe destacar esta frase suya acerca del juego: El mundo lúdico de los niños es tan real e importante para ellos como para el adulto el mundo del trabajo. Así que debemos concederle la misma dignidad».

Reconocerlo como un derecho, implica que el juego no es simplemente un pasatiempo, sino una herramienta vital para el desarrollo integral de la infancia que fomenta el aprendizaje en diversas áreas. 

Respetar y entender el juego de los niños es una necesidad básica recogida en el artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño.

Aprendamos jugando y recordemos los momentos tan bonitos de presencia plena cuando jugamos incluso en la edad adulta. 

Que nunca dejemos de jugar, para nunca dejar de aprender. 

Jesús-María Caridad del Cobre

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