Etapas del lenguaje infantil

Las diferentes etapas del lenguaje en la educación infantil

La capacidad de hablar distingue al ser humano de otras especies. El lenguaje es una herramienta de comunicación que nos permite interactuar, socializar y entender el entorno que nos rodea. Es por eso que cobra un valor importante en el desarrollo de la infancia. Cabe destacar que a pesar de que el aprendizaje del lenguaje es constante, el proceso puede ser distinto entre iguales.

Conocemos el periodo en el que los pequeños se inician en la descubierta sensorial y motora como etapa pre-lingüística. En su mayoría, durante este periodo, la comunicación se realiza de manera no verbal y se ve enriquecida con el paso del tiempo y según la respuesta del adulto con un aumento en el repertorio de gestos y sonidos. 

Según Bruner (1975), el niño inicia sus interacciones con el adulto desde su nacimiento, y éstas se desarrollan a partir del primer año. 

La etapa pre-lingüística puede ser dividida en dos momentos:

  • Neonato: periodo temporal comprendido desde el nacimiento hasta los seis meses. Durante esta etapa, la comunicación del bebé tiene el objetivo de que las necesidades básicas sean cubiertas, aunque la intencionalidad de la misma sea difícil de interpretar por el adulto: llanto, grito o sonrisa. 
  • Balbuceo: esta etapa se desarrolla entre los seis y los nueve meses. Samuel Johnson defendía que el balbuceo es un periodo que se caracteriza por un habla copiosa pero sin orden y ni reglas. Según Jespersen (1922), el niño produce sonidos de manera aleatoria y lúdica, pero poco a poco aparece la intencionalidad comunicativa. Lewis (1963) sostiene que el balbuceo consiste en experimentar con las posibilidades del aparato bucal obteniendo placer en las mismas emisiones.
    Así pues, el balbuceo será la acción mas avanzada del posterior lenguaje. 

La etapa lingüística se inicia alrededor de los once meses. Dentro de esta etapa, diferenciamos diferentes puntos de desarrollo:

  • El desarrollo fonológico, de manera posterior a la práctica del balbuceo, se adquieren estructuras y significados propios de la lengua. 
  • La descubierta de las palabras de manera aislada y el incremento progresivo del vocabulario, resultan insuficientes para una comunicación eficiente por parte del niño. Entendemos como desarrollo gramatical la adquisición del sistema de reglas que rige la construcción de frases a partir de las palabras.

Podemos dividir este desarrollo en tres etapas, de acuerdo con Hernández Pina (1984):

  • Etapa holofrástica: se desarrolla entre los once y los dieciocho meses. Durante esta etapa el niño/a se comunica a través de una única palabra. En esta fase, la comprensión está por encima de la producción verbal. Es decir, el niño/a comprende un mayor número de mensajes frente a los que produce. Las primeras palabras que los niños/as efectúan tienen que ver con nombres de objetos o acontecimientos importantes de su vida cotidiana. El vocabulario durante esta etapa se limita a unas cincuenta palabras. 
  • Emisión de palabras: esta etapa se inicia a los diecisiete meses y finaliza alrededor de los veinticuatro. El niño/a se inicia en la combinación de dos palabras.
  • Etapa telegráfica: esta etapa se inicia en los veinticuatro meses y finaliza, aproximadamente, a los treinta y seis meses. Durante esta etapa, el niño/a imita frases cortas y se inicia en la propia producción de frases cortas de unas tres a cinco palabras. La comunicación en esta etapa se caracteriza por la eliminación de artículos o preposiciones.
  • El desarrollo semántico va ligado al crecimiento del vocabulario. El sistema semántico es el bagaje con el que el hablante debe contar para comprender el mensaje e interpretarlo en el contexto o realidad donde se encuentra. 

De acuerdo con Vygotsky, la sociedad y el entorno nos ayudan a desarrollarnos, y esto favorece o dificulta la adquisición de pautas y saberes. Por tanto, las actuaciones que tengamos con los niños/as debe realizarse de manera consciente como referentes y agentes favorecedores en el proceso de adquisición del lenguaje. 

Por tanto, la escuela concebida como un entorno en el que el niño/a se desarrolla entre iguales es un contexto importante en su crecimiento personal. La educación infantil cobra un valor fundamental en el desarrollo de las pautas de convivencia, así como en el desarrollo de hábitos y lenguaje. 

Escuela Infantil Jesús María Tamarit

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